sábado, 25 de agosto de 2012

Literatura: instrucciones de uso


"Mi problema sería más bien llegar, no digo a la verdad (¿por qué la conocería yo mejor que cualquier otro y, por lo tanto, qué me daría derecho a tomar la palabra?), no digo tampoco a la validez (ése es un problema entre las palabras y yo), sino más bien a la sinceridad. No se trata de una cuestión moral, sino de una cuestión práctica. Por cierto, no es la única cuestión que me planteo, pero -me parece- es la única que, de una manera casi permanente, me resulta crucial. Pero, ¿cómo responder (sinceramente) cuando lo que justamente cuestiono es la sinceridad? ¿Cómo hacer, una vez más, para escapar de esos juegos de espejos en cuyo interior el “autorretrato” no va a ser otra cosa más que el enésimo reflejo de una conciencia muy mitigada, de un saber muy educado, de una escritura cuidadosamente dócil? Retrato del artista como mono sabio: ¿puedo decir “sinceramente” que soy un payaso? ¿Puedo alcanzar la sinceridad, a pesar de un arsenal retórico en el seno del cual la sucesión de signos de interrogación que jalona los ps que preceden es una figura (la duda) desde hace mucho catalogada? ¿Puedo realmente esperar salir de esto con algunas frases más o menos sutilmente equilibradas?"

Fragmento de "Nací", un texto autobiográfico de Georges Perec, autor de la genial La Vida: instrucciones de uso.

Y la Celebración de Perec, en Buenos Aires, la semana próxima.

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